jueves, 10 de enero de 2013

la firma



29 de octubre de 2012

   El día 29 me puse mona monísima y me fui a Málaga. Yo solita. El sindicato me dijo que si quería que me acompañara un abogado laboralista, tendría que pagar, así que decidí ir sola.
 
   Y firmé. Después de firmar pensaba darme una vueltecita por la central y conocer a LaBoca de Sauron, porque tenía curiosidad por ver como era, pero en cuanto terminé el papeleo, dejó de apetecerme. Perdí la curiosidad. Se había hecho un poco tarde y en lo único que pensaba era en reunirme con una amiga con la que había quedado para celebrarlo.
   Mi teléfono sigue sonando casi sin descanso,la mayoría, llamadas de compañeros que se van enterando de mi decisión. Me siento absolutamente feliz. No debería, porque me acabo de quedar parada, no tengo un duro y además aún no he vendido la casa. Pero estoy eufórica. Veremos lo que me dura. Además, hace un día espléndido, un día de esos con esa luz gloriosa de Málaga que tiene algo de sobrecogedora, y que al menos en mí provoca un estado de perfecta armonía, como si aumentara mi capacidad de absorber belleza.
   Ahora queda, en contraste con el anterior arrebato de lirismo, la parte más prosaica y desagradable: arreglar los papeles con el Inem, y contárselo a mi familia.
   No, todavía no saben nada. Ni siquiera se imaginan. No es que yo tenga que dar cuentas a nadie de mis actos, pero es evidente que en algún momento tendré que contárselo. Lo que sí tenía muy claro es que no les iba a estar dando el parte de las negociaciones. Cuando lo supieran la cosa estaría hecha. Lo malo es que ahora no encuentro el momento. Y la verdad, no tengo ganas de escuchar todo lo que van a empezar a decirme, que si estoy loca, que si lo he pensado bien. Sí a todo. Pero ya está hecho.
   Se puede decir que ya ha empezado mi nueva vida. Es curioso, pero pensaba que al principio tendría la misma sensación que si estuviera de vacaciones, y que se me iría pasando poco a poco, pero no. No tengo para nada sensación de vacaciones. Cuando sólo se tienen 24 días hábiles al año de permiso, la sensación cuando los coges es de “tengo que aprovechar al máximo esto”. No es demasiado relajante que digamos. Yo además, casi siempre aprovechaba para ir de viaje.
   No. La sensación que tengo es muy diferente. Al saber que no hay un plazo determinado, todo es muy distinto. Me siento relajada, duermo mejor incluso.Me siento en paz. Supongo que debería estar preocupada, pero no lo estoy en absoluto.
   Por otra parte, tengo un montón de cosas que hacer. Me he tomado la venta de la casa como un trabajo a tiempo completo. Y vive dios si requiere tiempo. Estoy cansadísima de este asunto. Tengo que ir a enseñarla una y otra vez, y al final no se concreta en nada. Y encima la casa está cada vez más deteriorada. Es normal, una casa de esas características, deshabitada se deteriora muy rápidamente. La verdad es que con ese tema estoy bastante desanimada, pero aún así no paro de inventar cosas para intentar venderla.
    Lo que es un sufrimiento es lo de los portales inmobiliarios. Todo el mundo me dice que es muy fácil y yo debo ser muy torpe, porque anoche sin ir más lejos, me tiré más de una hora con el portal idealista y cuando ya lo tenía todo, me dicen que me tienen que mandar un código al móvil, y no me lo mandan. Yo supongo que será una estrategia para que llames al

número de ayuda y cobrarte indirectamente por el anuncio. Pero la verdad, es que no me atrevo a hacerlo desde el móvil. Total que perdí más de una hora para nada.
   Y también estoy preparando mi viaje. Esto es bastante más agradable. Estoy todo el día navegando por la red, leyendo opiniones sobre los países que quiero visitar, sobre tarifas aéreas, sobre vueltas al mundo. La verdad es que estoy entusiasmada. Por primera vez en mi vida voy a poder hacer (espero) lo que de verdad me apetece.
   La ruta que tengo en mente es muy ambiciosa. No sé si voy a ser capaz de llevarla a cabo. Pero tampoco me preocupa demasiado. Lo que pasa es que cojo el mapamundi y me vuelvo loca. No es sólo por cuestión de presupuesto, que casi es lo que menos me preocupa. Hay un montón de factores imponderables que pueden hacer que mi aventura finalice antes de tiempo. Pero esto no es para mi una competición ni un record a batir. Salgo con una idea pero ésta es absolutamente flexible. Lo único que quiero es que, dure lo que dure, y llegue a dónde llegue, sea una experiencia positiva y enriquecedora.
   También está el tema de la intendencia, porque hay un montón de cabos que atar antes de partir. Está el tema de los visados, el temido tema de las vacunas, el seguro médico….en fin, que alguien me preguntaba el otro día que a qué dedico mis horas muertas y la verdad es que hasta ahora no he tenido ninguna¡¡¡.
   También sigo con mis clases de música, y por supuesto, con las de inglés. Además estoy preguntando para hacer un curso intensivo antes de irme, aunque con las clases de Kathy estoy muy contenta, pero me gustaría algo más. Kathy es una señora norteamericana que me da clases de conversación. Nos hemos caído muy bien, tenemos un montón de aficiones en común, como las casas de muñecas. Pero me temo que mi inglés no mejora como debiera. Me da mucha rabia hablar como los indios apaches, no tengo nada de fluidez y me bloqueo muchas veces. En fin, que estoy en ello, y buscando también para dar clases de francés.
   En mis vagabundeos por la red estoy encontrando algunos blogs, no muchos, pero algunos, de mujeres solas viajando por el mundo. Básicamente me fijo en los de hispanoparlantes, claro. También he visitado el de algunas parejas, familias que viajan juntas, etc. Estoy descubriendo un mundo. Es increíble, pero hay gente que se pasa la vida viajando. A mí me parece una vida maravillosa, aunque supongo que habrá a quien le parezca un horror o incluso una locura. Sobre todo viajar con niños en edad escolar. Sin embargo a mí me parece una experiencia maravillosa para el niño y para la familia también. Un año viajando por el mundo estoy segura que le enseñará más que varios sentado en un pupitre mirando una pizarra. Y estrechará los lazos familiares y las relaciones entre los miembros de la familia de una forma que difícilmente se podría hacer en otras circunstancias.
   Lo que estoy descubriendo es que no soy un bicho tan raro como yo me creía. Hay un montón de gente como yo (o incluso peor), cuya motivación,   sino la única, sí al menos la principal, es viajar y conocer otros mundos.
   Y hay gente que hace de ésto incluso su modo de vida. Hay blogeros de viaje que están esponsorizados y esto les permite financiar sus andanzar, si no totalmente, sí en parte. Por supuesto, yo ya he decidido que quiero ser blogera de viajes( jajaa). No tengo ni idea de informática, ni he llevado un blog en mi vida, pero estoy considerando seriamente hacerlo, porque me parece que la experiencia que voy a comenzar podría merecer la pena ser contada. Y porque es increíble la cantidad de gente que me dice que le encantaría venir conmigo o hacer algo similar, y que les gustaría saber de mis andanzas. Por otra parte, he localizado varios blogs de mujeres viajando solas por el mundo, pero todos son de chicas jovencitas. Yo podría ser la blogera de la tercera edad.¿ Por qué no?. Las percepciones que se tienen a los 46 son muy diferentes de las que se tienen con 26. Y probablemente los problemas a que me enfrente serán también diferentes. No sé, a mi me parece una buena idea, ya veremos si soy capaz de desarrollarla.

1 comentario:

  1. Jajaja, no dejo de reirme imaginando tantas locuras dando vueltas por tu cabeza, aunque,, y aunque no lo veas, esto ya no es un sueño, tu viaje ha comenzado !!!!

    ResponderEliminar