jueves, 22 de agosto de 2013

ENTRADA FANTASMA

   Estoy hecha un auténtico lío. Mi ordenador ha muerto definitivamente. Hoy he ido a comprar uno nuevo aquí, en Santiago de Chile,pero no me ha convencido nada. Si no me lo compro hasta que vuelva a España, puedo seguir publicando cuando encuentre un cibercafé o si, como ahora, me alojo en un sitio con acceso a un ordenador, pero no sé si seré capaz de apañármelas para poner fotos, y un blog de viajes sin fotos...uf. No sé si merecerá la pena. Al menos, he conseguido recuperar lo que tenía escrito y las fotos del antiguo ordenador, algo es algo. Por otra parte, estoy deseando soltar mis impresiones sobre Polinesia y la Isla de Pascua. Bueno, y la última parte de mi estancia en Nueva Zelanda.
   No sé que hacer. Crisis blogero-existencial. Mañana viene mi amiga Isa desde España a pasar su mes de vacaciones conmigo y estoy más contenta que si tuviera una cita con Viggo Mortensen. Y voy a hacer otra tentativa de compra con Karen, una chica chilena que he conocido en la Isla de Pascua y es un cielo. Dice que me va a asesorar con lo del ordenata y con un montón de cosas más.
   Esta noche me he paseado por el centro de Santiago en chanclas(es pleno invierno), ropa de casa y una lata de atún abierta. No podía parar de reírme a carcajadas (además, para completar la estampa) imaginando si me muriera en ese momento y hallaran mi cadáver. Señora española de mediana edad en pleno centro de Santiago con chanclas, pijama y con una lata de atún en aceite abierta en su mano derecha. Parece un acertijo de esos para matar el tiempo. La solución es que estaba preparándome la cena después de ducharme y de estar todo el día de pingoneo y en la cocina del hostel no hay un maldito abrelatas. Ni en la cocina ni en todo el hostel, parece ser. Así que he ido a ver si el señor que me ha vendido los avíos para la cena tenía la amabilidad de abrirme la dichosa latita. Y no tenía ninguna gana de volver a vestirme, la verdad. Menos mal que aquí he dejado de ser "exótica". Después de estar escuchando por casi todo el mundo que parezco sudamericana (en Polinesia directamente daban por sentado que era brasileña(?) ahora tengo que andar muchas veces explicando que no soy chilena.
   Al bajarme del avión en Santiago me recibió una luna llena enorme que se me antojó un regalito de América para darme la bienvenida. Otro continente. Y esa misma noche desplegué sobre mi cama mi maltrecho mapamundi, que hacía ya tiempo que no sacaba de la maleta. Un montón de destinos apetecibles, como el escaparate de una pastelería para un chiquillo hambriento. ¿es que no voy a parar nunca? Chile, Perú, Colombia, México, Brasil...Lástima que se me acaba la platita.
   Siempre que llego a una gran ciudad después de estar un tiempo en poblaciones pequeñas me da tanta alegría como cuando la abandono un tiempo después. Y Santiago tiene vida nocturna. Después de Moorea y la Isla de Pascua, me quedo mirando las multitudes, las luces y los coches como si nunca lo hubiera visto antes. Durante el vuelo he visto una peli que mi hermana Espe me decía siempre que tenía que ver, Julie y Julia, y sí, me ha encantado. Además, es de una chica que le gusta cocinar y que tiene un blog. Muy recomendable. Pero me ha fascinado sobre todo el personaje de Julia, que parece que existió de verdad. Tengo que investigarla. Y, por cierto, adoro LAN Chile. Ponen cubiertos de metal y vasos de cristal para el vino. Ohh.
 Tengo ganas de ver la tele. Hace siglos que no tengo noticias del mundo real, que estoy casi segura que sigue rodando sin mí. Como este año se cumplen cuarenta de los sucesos del 73, muchos programas debatiendo sobre lo que pasó, sobre las víctimas, sobre los militares actuales. A lo mejor no es sólo por el idioma que me encuentro como en casa.
   En la calle, con la gente, tengo la sensación de estar viviendo lo mismo que vivimos en España hace ocho o diez años, cuando atábamos los perros con longanizas y llamábamos sudacas a los inmigrantes. Hoy me han dicho que en algunos países sudamericanos están acuñando el término euraca, para referirse a los españoles que vienen en oleadas a buscar un trabajo por estos lares. Es tan tentador y sería tan fácil hacer una fábula con su moraleja. Pero no. No lo voy a hacer., No hace falta.
   Si consigo el ordenador, espero volver a publicar regularmente, y si no...siempre puedo intentar seguir haciéndolo prescindiendo de las fotos,pero...no sé.
   Ya lo pensaré mañana

Aunque el camino sea estrecho, 
El polvo se pegue al cuerpo, 
Aunque los vientos me arrastren, 
Sigo mis sendas sin lastre 

Andar como un vagabundo, 
Sin rumbo fijo, sin meta, 
A vueltas de veleta, 
Al soplo del viento al azar, 
El caso es andar 
El caso es andar 

No me pertenece el paisaje, 
voy sin equipaje por la noche larga, 
Quiero ser peregrino por los caminos de España 
Quiero ser peregrino por los caminos de España 

No me propongo destino, 
No quito puestos a nadie, 
Porque mi puesto es el aire, 
Como el olor del buen vino 

Sabiendo que nunca es tarde, 
Mi pie siempre en el estribo, 
Y cada paso que piso, 
Un paso menos que dar, 
El caso es andar, 
El caso es andar 

No me pertenece el paisaje, 
voy sin equipaje por la noche larga, 
Quiero ser peregrino por los caminos de España, 
Quiero ser peregrino por los caminos de España 

No dejo rastro ni huella 
Por no ser ni soy recuerdo 
Yo paso haciendo silencio 
sin ser esclavo del tiempo 

Por límite el horizonte 
Y por frontera la mar 
Por no tener ni tengo norte 
Y no sé lo que es llegar 
El caso es andar 
El caso es andar 

No me pertenece el paisaje, 
voy sin equipaje por la noche larga, 
Quiero ser peregrino por los caminos de España 
Quiero ser peregrino por los caminos de España
Andar. Cecilia