31 de diciembre de 2012
No me gusta la Nochevieja. Me
molesta terriblemente tener que divertirme a toque de corneta. De todas formas
este año me había propuesto hacer algo diferente, pero al final me ha dado
pereza. Sólo de pensar en ponerme tacones y vestidito se me abren las carnes. Y
encima la chupipandi con chantaje emocional. – Cómo no vas a estar con nosotros
y con los niños¡¡¡. En tu última Nochevieja¡¡ Joder, que me voy de viaje, no al
otro barrio. En fin, que al final, cenita con la pandi. Bien. La verdad es que
lo pasamos bien. Estar con gente que te conoce de toda la vida es lo que tiene.
Que no tienes que fingir ni que estas bien, ni que eres simpática y divina.
Ellos ya saben la verdad. Y es bastante relajante.
03 de enero de 2013
Hoy me he pasado el día entero
poniendo post-its en todos los objetos de la casa con el precio. Es una
sensación rara. Y tener que vivir ahora en una casa llena de cartelitos con el
precio, más raro aún. Ha habido momentos que me han dado ganas de pegarme a mí
uno en la frente. He tenido que superar mi natural tendencia a regalarlo todo,
me da una especie de pudor cobrar por algo a gente que conozco, vecinos o
amigos, pero lo superaré. No me queda otra.
También ha venido hoy un nuevo
comprador con el precio antiguo y que encima dice que no necesita financiación.
Me siento un poco mal, pero también lo superaré. Si saco 30.000 más me ayudará
bastante a superarlo.
Al final, dice que no tiene el
dinero, que tiene que esperar unas semanas a cerrar la operación. Casi me
siento aliviada.
04 de enero de 2013
Han venido a tasar la casa.
Como la vendo tan barata no creo que haya ningún problema a la hora de que les
concedan la hipoteca a los compradores. Hoy también tengo invitados. He
mezclado un montón de gente que no sé conoce y no sé como saldrá la cosa.(¿Ya
he dicho que me gusta el peligro?) De esto de mezclar gente distinta ya tengo la
experiencia de que puede salir maravillosamente o desastrosamente, pero no tengo
remedio. No lo puedo evitar.
Pensábamos ponernos en el
jardín pero el frío y el viento nos lo ha impedido. Incluso hemos encendido la
chimenea. Y lo hemos pasado estupendamente.
Por la noche, pienso que la
venta de la casa ya casi se podría dar por hecha (aunque hasta que no firme no
las tengo todas conmigo), así que me pongo a comprar el billete. Pero no me
decido. Me quedo con el dedo a tres milímetros de la tecla, y no me decido. Además,
es una pasta. Y con una escala. Y un montón de horas. Voy a intentar encontrar
algo más barato.
Cobardica¡¡¡¡
05 de enero de 2013
Hace siglos que en mi nevera no
había tanta comida. Y todo delicioso. Creo que voy a dar fiestecillas de estas
más frecuentemente. Podría vivir una semana con todo esto, pero decido invitar
a Dani y Pilar a un ágape de “sobras selectas”. Y de paso hablamos del viaje.
Da gusto
sentarse a comer con gente que disfruta con la comida. No hay cosa más
desagradable que un compañero de mesa que todo le da asco, o que come dos cucharadas y aparta el plato
con suficiencia desdeñosa. A los que seguimos zampando con ganas nos hacen
sentirnos como si fuéramos seres insaciables dominados por la gula. Así que me
encanta comer con gente con buen apetito y gusto por los buenos caldos. Y desde
luego, dani y pilar son unos excelentes compañeros de mesa. Espero que
disfrutemos mucho juntos la comida asiática, que tan buena prensa tienen.
Me convencen para ir por la
noche a Málaga. No me apetece mucho pero al final accedo. La verdad es que no
les costó mucho convencerme. Cuando llego me da un bajón terrible. Acaba de
terminar la cabalgata y hay hordas de gente por todas partes. Hace un frío
horroroso. Pero al final. Como siempre, me voy entonando. Consigo por fin
tomarme un caldillo de pintarroja, que hacía meses tenía antojo. No hay nada
mejor para entrar en calor.
Luego encontramos a unas amigas
y nos tomamos unas copas. Entramos en un bar en el que hacía por lo menos 25
años que no entraba. Y encima está todo igual. Qué sensación más rara, como de
deja-vú. Heme aquí, 25 años después, haciendo lo mismo que hacía hace 25 años.
Afortunadamente para contrarestar la sensación, voy con gente muy diferente.
Para
rematar la noche acabamos en la Tranca, un bar de calle carreterías, que
últimamente se está convirtiendo en mi bareto favorito en la capital. Es el
típico sitio que vale los mismo para un roto que para un descosido, vamos, que
lo mismo tomas el apertivo a medio día, que picas algo, o te tomas una copa por
la noche. El ambiente es estupendo y las tapitas deliciosas. Qué más se puede
pedir. Y tienen el mejor vermú de grifo de toda Málaga. Doy fe.
Al final acabamos a las tantas
en Marbella en un bar dónde pinchaba una amiga.
06 de enero de 2013
Hoy he sido débil. He encendido
la estufa del dormitorio. Vivo atrincherada en la cocina, el único lugar de la
casa donde me permito encender el brasero. El resto de la casa está congelado.
Pero es que no podía dormir del frío que tenía. El frío es lo peor del mundo.
Te paraliza. Te congela las sangre en las venas. A mí me quita las ganas de
todo. Y así estoy, con un montón de cosas por hacer y sin terminar de hacer
ninguna. Lo peor son los libros. Y las fotos. No he visto nunca una familia con
tantos libros y tantas fotos. No quiero quedarme con demasiadas cosas porque no
tengo sitio donde dejarlas, pero es difícil deshacerse de todo de un plumazo.
Decido llenar una caja con algunos libros que me han acompañado durante toda mi
vida y a los que me cuesta mucho renunciar. Sólo una caja.Casi no se puede despegar
del suelo.
También ha empezado a venir
gente para comprar muebles. Ya he vendido bastante. A todos les da un poco de
pudor porque aquí no hay mucha costumbre de hacer estas cosas. En más de una ocasión tengo que acabar yo consolando a los compradores.
14 de enero de 2013
¡¡¡por fin he comprado el pasaje¡¡¡
Hoy he quedado con Pilar y Dani y por fin nos hemos decidido. Ha sido
divertido. Como es habitual en nosotros, hemos hecho una especie de fiesta
improvisada de “compra de pasaje”. El caso es celebrar. Hemos buscado cada uno
varias opciones y luego hemos decidido entre los tres cual elegir. Dani, que es
un sibarita, se decantaba por la Qatar, que es como más lujosilla, mejores
aviones, mejor comida. Pilar por Aeroflot, más barato y tres horas menos de
vuelo. Yo tuve que deshacer el empate. Qué papel. Alguien adivina por cual me
decidí? Pues sí, la pela es la pela, aunque el catalán sea Dani, y tres horas
de mi vida son tres horas.
18 de enero de 2013
Hoy me han dado exactamente
cuatro plantones. Vale, en realidad no computan como plantones porque no ha
llegado nadie a dejarme plantada. Supongo que debo decir mejor cuatro
“cancelaciones de cita”, y eso sí, todas con motivos sobradamente justificados.
Pero fastidia, oye. Uno se sobrelleva, dos se toleran,pero cuatro..y
precisamente este finde que no tengo ganas de estar sola. Yo generalmente lo
que quiero es estar pegada a mi braserito leyendo o viendo una peli, pero luego
los amigos me dicen de ir a tal o cual sitio y tengo que ir para que no me
acusen de anacoreta aburrida. Me cuesta arrancar pero también tengo que
reconocer que una vez que estoy en la calle metida en harina no tengo fin. Me
cuesta tanto arrancar como parar el motor. Pero mi tendencia natural es el braserito,
lo juro.
Pues bien,
este finde no tengo ganas ni de estar sóla
ni de braserito. Y mira por dónde
parece haber una conjunción planetaria para que nadie pueda quedar conmigo.
Afortunadamente, a medio día
tengo una comida con amigos que se prolonga hasta muy tarde, y cuando se acaba
aún nos quedamos una amiga y yo de copitas y confidencias hasta las tantas.
19 de enero de 2013
Esta noche voy a ver a Ron lalá
al Echegaray. Me apetece un montón. He visto dos montajes suyos y me he reído
muchísimo. Eran grandes, pero ahora son geniales. Éste último montaje, que se
llama “Folía, siglo de Oro, siglo de ahora”, es el mejor con diferencia. Me
encantan. Lloré de risa durante la función, pero a la salida, otra vez el
“misterio del fin de semana solitario”. Más “cancelaciones de citas”. No es por
nada, pero la mayoría de las veces tengo que hacer encajes de bolillos porque
me coinciden varios compromisos y no puedo acudir a todo. Pero esta vez me
ocurre todo lo contrario. Así que camino cabizbaja hacia el parking y pongo
rumbo al pueblo. Cuando ya estoy conduciendo me acuerdo de un montón de gente a
quien podría haber llamado y no lo he hecho, pero ya me da pereza volver a
aparcar y sigo el camino.
Una lección para una solitaria profesional como yo,
saber qué se siente cuando no se tienen ganas de soledad y las circunstancias
te obligan a estar sóla.
22 de enero de 2013
Amanece un
día de perros. Lluvia, viento y frío. No he dormido
bien. Paso la mañana ordenando los libros. Es
doloroso. No me gusta tener apego a las cosas, y desde luego, estoy haciendo
grandes avances en eso. Pero tengo que reconocer que los discos y los libros (y
las fotos) me están costando bastante. Pero lo voy consiguiendo. Me encanta
pensar que van a ir a manos de amigos que sabrán cuidarlos y apreciarlos. E
incluso, quizás algún día, devolvérmelos…
Por la tarde,
decido ir a correos a mandar la careta de esgrima. La anuncié por internet y la
he vendido. He intercambiado varios mails con el comprador porque me he
retrasado un poco en el envío. Se la llevé a mi maestro al club por si alguien
estaba interesado, y hasta el viernes no pude recuperarla.
Me voy a
correos. Le digo a la empleada que quiero enviarla contrareembolso. No es una
excusa, pero ya he dicho que la noche
anterior dormí poco. El caso es que cuando vuelvo a casa, me doy cuenta de que
la he enviado a portes pagados. No le doy demasiada importancia. Son solo 30
euros. Los doy por perdidos, dando por sentado que el comprador va a quedarse
sin más con la careta.
Cual no será
mis sorpresa cuando al día siguiente recibo un whatssapp. “Que buena fe, qué
confiada. No está todo perdido en esta sociedad¡ dime como te envío el dinero”
Yo me apresuro a desilusionarlo. “que no, que
nada de buena fe. Más bien despiste.Buena fe lo tuyo, que podías haber
desaparecido y sin embargo estás aquí, dando la cara”
Empezamos a intercambiar mensaje por whastsapp. No lo
puedo creer. Resulta que él viaje muchísimo por todas partes del mundo, sobre
todo por Asia y sudamérica. Me cuenta tambén que tiene un amigo que se
encuentra en la misma situación que yo. En fin, hay una corriente de
cordalidad. Decido que el destino ha querido que le regale la careta, y como me
había dicho que escribe poesía, le pido en pago simbólico que me escriba una
dedicada a mí. Dicho y hecho. En menos de media hora me envía por mail una
poesía la mar de simpática. Me encanta¡.
Pasamos
prácticamente todo el días whatsappeando. Es muy simpático y ocurrente. También
me ha mandao un mail con un montón de información sobre los sitios dónde le he
contado que tengo intención de ir. Pero yo ya tengo un "asesor de viajes" estupendo. Y la antigüedad es un grado..
De todas formas, es una historia curiosa.
24 de enero de 2013
He decidido
cambiar de look. Me ha costado, pero lo he hecho. Me veo rarísima. Y horrible.Yo
convencida de que me hecho un cambio radical, y nadie me lo nota. Esto debe ser
lo que llaman ley de la relatividad.
Esta noche
cenamos en casa de Sayema, una amiga inglesa. Esto me produce una cierta
desazón. No me gusta generalizar, pero las habilidades culinarias de las hijas
de la Gran Bretaña, hasta donde yo las he conocido hasta ahora, no auguran una
cena demasiado suculenta. Pero contra todo pronóstico me encuentro con unos
platos de comida india absolutamente deliciosos. Puede que haya contribuido su
ascendencia bangladesí…Se atreve hasta con unos alfajores argentinos de postre.
¡Qué arte más grande¡
25 de enero de 2013
Comidita pro
ONG en Arkadia. Se apunta también Francisco, el amigo de Fuengirola que también
va a viajar a Asia, aunque él tiene la suerte de irse antes que yo. Manuel me
habla de una sustancia MMS, para prevenir e incluso curar la malaria. Me
informaré a ver que tal. Luego nos fuimos al puerto deportivo, donde nos
encontramos con más amigos que no habían podido venir a comer. Nos hartamos de
bailar y de hacer el ganso.
23 de enero de 2013
Hoy voy a un
campeonato de patinaje dónde compiten Daniela y Violeta. Me encuentro también a
mi amigo Fran, que es entrenador de patinaje. Me da muchísima alegría verle.
Las niñas lo hacen estupendamente. Qué guapas y qué
elegantes. No sé a quien salen.
Una de las
niñas que también competía, empezó de repente a hacer unos movimientos un poco
raros. “será patinaje contemporaneo”, pensé. Y luego se puso a vomitar. Yo
creí que sería un montaje de estos modernos, tipo la fura dels baus o algo así." No saben ya lo que inventar”. Pero no, la chiquilla se había puesto enferma de
verdad. Los nervios.
Me fui al
centro. Me hubiera gustado ver una peli en el Albéniz, pero no había nada que
me apeteciera. Paso diez mil veces por ese cine y siempre tiene películas
superinteresantes. Pero hoy que tengo tiempo, no hay nada. Vagabundeo un rato
por el centro y luego me voy al Moliére a tomar un café con Ina. Me siento como
cuando eramos pequeñas y llamabas al porterillo “Te bajas un rato a la plaza?. Es que mañana tengo examen.
Bueno, un ratito nada más”.
Igual alguien
ha descubierto ya las cualidades terapeúticas que tiene un café con charlita
con una amiga. Si no lo han hecho, lo hago yo.
Luego voy a
cenar a casa de Lamari y Dani. Debo reconocer que los bogavantes también tienen
altas cualidades terapeúticas, sin desmerecer el café..
Dieciocho
años de convivencia marcan. Tácitamente, se establece una especie de reparto de
competencias de las que ni siquiera eres consciente. Y de repente me doy cuenta
de que estoy acostumbrada a que partan el marisco por mí. Me da mucha rabia
descubrirme esas “disfunciones” por llamarlo de alguna manera. No son muchas,(de momento sólo lo del marisco y llevar peso en la mochila)
todo hay que decirlo, pero cuando me descubro alguna me siento un poco idiota.
Pero soy una tía con suerte y esta vez también encuentro y un chico guapo y
atento que se ocupa de partir el marisquito para mí.. jeje.
Lo pasamos en
grande. No sólo por el marisco. Mejor aún la compañía.
Me retiro a una hora más que prudente porque mañana
tengo que madrugar. Voy a hacer la “ruta del almendro en flor” en
Guaro y quiero estar descansada.
27 de febrero de 2013
La ruta es
bonita pero más dura de lo que pensábamos. Para colmo, una amiga ha
traido a otra amiga suya brasileña que no para de hablar un segundo. A mí en la
campo me gusta ir en silencio. No es que no me guste hablar, pero también me
gusta escuchar los sonidos de la naturaleza.
Tapeamos al solecito en Guaro y luego tomamos un café en Ojén.
Me pongo
malísima. Me he fumado un cigarro y me ha sentado fatal. Me harto de vomitar.Por favor, si
alguien me vuelve a ver encendiendo un cigarro, que me recuerde lo mala que me
pongo a veces. Tengo cierta tendencia a olvidar estas cosas.