sábado, 22 de junio de 2013

I POR FIN, EL AMOR




   Pues sí. Tenía que pasar. Tanto que muchas me preguntabais, i algunos auguraban. Me he enamorado. Ha sido un amor de esos a primera vista. Un flechazo. Pero un amor imposible, me temo. De los que son mi especialidad. Un amor sin esperanza, aunque nunca puede descartarse un final feliz. Es un amor difícil, i tengo poca, casi ninguna, esperanza de ser correspondida. I encima con un nombre con i griega (mardita sea mi estampa). Bueno, con dos si se escribe en inglés. I fugaz, otra de mis especialidades. ¿por qué no he sentido esto en Bangkok, por ejemplo, con lo fácil que hubiera sido? ¿O en Luang Prabang, que estuvo tan cerca de cautivarme, pero no llegó a conseguirlo? Todas estas ciudades, i muchas más donde he dejado un trocito de mi corazón, han sido amores pasajeros, sin pasar a maiores.

   Pero ahora estoi enamorada de Sidnei. Fascinada. Como una quinceañera. I por azares del destino sólo puedo estar aquí cinco días. Por otra parte, me pregunto si esto es lo que io quiero para mí. Volver a lo mismo, o algo parecido. Hoy, a la hora de salida del trabajo, sobre las 5 i media, les veía salir, vestidos de traje oscuro, corriendo, con la mirada perdida i io ni quiero volver a eso. Este va a ser un amor difícil, me temo.

   I nos hemos conocido en la peores circunstancias posibles. Aquí está comenzando el invierno. Para mí, esta es la peor época del año. Una vez que el frío se ha instalado, que estamos metidos en harina, digamos, pues ia está. A esperar que pase. Pero el principio, cuando lo días se van acortando i la temperatura va bajando poco a poco, para mi es lo peor. I encima, está haciendo un tiempo inusualmente frío.

 I aún así, me he enamorado.

   Pero el romance no puede empezar peor. Cuando voi a hacer la primera foto, me encuentro la cámara rota. Todo este tiempo en Asia, dónde me hubiera costado dos pesetas comprar una nueva, i tiene que romperse justo el primer día que llego a Australia. Afortunadamente, estamos en plena temporada de "cierre de ejercicio financiero" i aquí lo celebran mucho. I lo mejor, hacen unas rebajas estupendas. Así que me he podido pillar una cámara nueva no demasiado cara i que además me vale para bucear hasta 10 metros. Al final, me ha venido hasta bien. Lo veremos por el lado positivo. Así que las fotos, de nuevo, estarán un poco (bueno, bastante) mal, hasta que le coja el truquillo a mi nueva adquisición. También me he comprado una chupa para la nieve que me ha salvado la vida, i que me va a venir de perlas para Nueva Zelanda.





 Los días previos a mi llegada a Australia, he de reconocer que estaba un poco nerviosa i asustada. No debería, a estas alturas, pero no puedo evitarlo. El avión, la aduana (con las historias espeluznantes que me habían contado), Australia, mis problemas con el inglés. Siempre igual. Genio i figura…¿me habré examinado veces en la vida? Pues todas i casa una de ellas, me pasa igual. Me pongo terriblemente nerviosa las horas antes. Luego, una vez ante el examen me entra una tranquilidad tremenda i todo bien. Pero las horas previas… i con los aviones i los viajes, lo mismo. 

  En mi última noche en Indonesia,. Galo hizo una cenita deliciosa en casa, con su hija Hanna i un amigo de la familia, Mario, un chico de Bilbao que lleva también un montón de años viviendo por Indonesia. Es surfero i tiene una isla. A mí me hace mucha gracia eso de tener una isla. Me cuenta que es tan pequeñita que cuando hai alerta de tsunami tienen que coger un barco. Pasamos una noche estupenda. Galo está particularmente locuaz, se le ve a gusto. Nos cuenta historias de cuando era hippie, que estuvo trabajando en un kibutz, recuerdos de cuando el atentado (la bomba, como lo llaman aquí). Está mui ilusionado con la tierra que ha cogido en la península de Bukit. La verdad es que es una zona preciosa. No descarto volver.Es una zona en expansión, aunque aún está lo suficientemente virgen como para considerarse un “paraíso”. Las plaias son las mejores con diferencia de Bali, eso sin duda. I, desde luego, ahora es el momento de hacerse con un terreno, porque los precios están subiendo como la espuma. No es un mal sitio para establecerse a empezar una nueva vida. Quién sabe. De todas formas, si alguien está interesado, aquí va el mail de Galo para cualquier pregunta
 galoabadia@iaoo.com (iahoo con i griega,claro)

   Al final, como casi siempre, todos mis estúpidos temores fueron infundados. Sólo en el aeropuerto de Bali, me sacaron de la cola para que un señor extremadamente simpático, de inmigración de Australia, me hiciera un montón de preguntas sobre mí i sobre mi vida, mi pasado i mi futuro. Se conoce que le gusté. I luego a la llegada, también me sacaron de la cola normal para que me olisqueara un perrito monísimo. Pero nada más.

   Sidnei es una ciudad para vivirla. I volver al primer mundo, después de tres meses i medio, tiene su punto. Me parece mentira volver a lavarme los dientes con agua del grifo o volver a cruzar un semáforo cuando la luz está roja. Hasta me está empezando a gustar el rugbi. En el albergue donde duermo, hai una pantalla grande en la zona común i mientras  cenamos, muchas noches ponen partidos de rugbi. Es un deporte mui interesante i como podréis comprender, este interés que estoi adquiriendo no tiene nada que ver en absoluto con el físico de los jugadores, por supuesto. Es una afición estrictamente deportiva, a pesar de mi reticencia a cualquier tipo de manifestación de esta índole.

Botanical garden
   
   Hacía mucho tiempo que no dormía en un albergue, i, la verdad, me está costando un poco adaptarme. Me encanta compartir la cocina, el ambientillo a la hora de la cena o del desaiuno. Tampoco me importa compartir la habitación, aunque, claro, eso también depende de la suerte que tengas con los otros compañeros. Hoy, cuando he llegado a Biron Bai, nada más entrar en la habitación, había un olor que tiraba para atrás. Me he quedado un rato sentada en la litera, con mis sábanas en el regazo, pensando qué hacer. Pero era insoportable, así que fui a recepción i me han cambiado a otra habitación sin problema. Menos mal. Pero lo peor es el baño. siempre se me olvida algo, i tengo que salir de la ducha un promedio de quince veces para tenerlo todo. Pero, en fin, voi mejorando.

   Sidnei es una ciudad llena de mar. Vista desde el cielo, cuando el avión iba a aterrizar, ia me pareció de una belleza espléndida , todo un espectáculo. I una vez en tierra, aún mejor. Tiene todo lo que se le puede pedir. a un sitio para vivir. Me encantaría quedarme  más tiempo, pero he tenido que planificar con antelación mi recorrido por Australia i Nueva Zelanda. I ia he comprado los vuelos para Polinesia Francesa e isla de Pascua. El día 23 de agosto tengo una cita ineludible con mi amiga Isa en Santiago de Chile i no pienso faltar por nada del mundo. Me hace muchísima ilusión pasar un mes con ella, viajando por ahí las dos. No sé de dónde vamos a sacar tiempo para conocer el país con todo lo que tenemos que contarnos¡

   Así que este año, si todo sale según lo previsto, pasaré mi cumple en Polinesia, mi destino soñado. No es exactamente la forma en que pensaba viajar allí,( con un bungalow de esos con el suelo de cristal), pero al menos estaré. Estoi preparada para la decepción, porque siempre que se idealiza algo, luego no suele estar a la altura. Es como cuando te lo has pasado mui bien en algún sitio i siempre sueñas con volver. I cuando vuelves, nunca es igual. I hasta te estropea el recuerdo de la primera experiencia. Pero aún así, me hace ilusión ir.
   No tengo ni idea de dónde me vienen las ganas de conocer la Polinesia, seguramente de algún documental o algo así que vería de pequeña. Qué jugadas nos hace la mente. Se me quedó grabado aquello, a saber por qué razón. Recuerdo que en los escasos momentos en que tenía un ratito libre en la ventanilla, me gustaba meterme en el google earth i mirar Bora-Bora desde arriba.(Sí, queridos ex jefes, si me estais leiendo. Lo hacía)

   Nada más llegar a Sidnei, me pongo a patearme la ciudad. El albergue está ubicado en un sitio estupendo i puedo ir prácticamente a todos los sitios andando. I te proporcionan u mapa donde te cuentan todas las cosas que se pueden hacer en sidnei gratis, que aunque parezca mentira son muchas i mui variadas. Hai unos tours guiados por la ciudad que son mui interesantes i te aiudan mucho a moverte luego por tu cuenta. También te dan consejos útiles, como no pagar los 26 dólares que cuesta el ticket a la torre de sidnei i subir mejor a otra torre que está en la plaza de Australia dónde por unos 8 dólares puedes tomar algo i disfrutar de las mismas vistas que de la torre.

Jardín chino de la amistad
Darlin Harbour
Hasta en submarino puedes montar(si tienes pasta, claro)
La farola de Sidnei




   
   Sólo un día tomé un ferri a Manli, que es una zona alucinante, con un  paseo por los acantilados que es una maravilla. Pasé allí todo el día, prácticamente. Ia el traiecto en el ferri desde el circular quai hasta Manli, atravesando la bahía, es una pasada. Todo me parece tan limpio, tan ordenado, tan silencioso. Estoi hambrienta de civilización, me temo.

Manli



   I otro día, cogí un autobús a Bondi, la plaia más famosa de Sidnei. Esta vez no tengo tanta suerte i hace un día frío i lluvioso, aunque no sé cuando me resulta mas bonito el mar, si cuando está en calma o estos días grises en que parece que quiere demostrar toda su fuerza i su poder. I además, allí, puede conocer personalmente, por fin, a Vanessa, una mujer encantadora, una de esas personas por las que merece la pena dar la vuelta al mundo para conocerla. No puedo dejar de admirar que siendo tan joven, tenga las cosas tan claras i haia sabido manejar su vida con tanta sabiduría. Es instructora de buceo i ha vivido en la República Dominicana, en un barco en Egipto i ahora en Sidnei. Cada vez me parece más increíble que no haia conocido antes a gente así ¿pero en qué burbuja estaba io metida? i lo más gracioso es que nos haiamos conocido a través de un amigo común que está encantado de ser el artífice de este encuentro. Aii, que haría io sin mi asesor¡

Paseo por los acantilados entre Bondi Beach i Coogee
Bondi Beach







viernes, 14 de junio de 2013

100 DÍAS





   Cien días ia desde que salí de Málaga. Si fuera un gobierno podría hacer balance. Pero no. No puedo. Por más que lo intento, no puedo hacer balance. Supongo que el problema es que el recorrido aún no ha terminado, que aún no es una cosa cerrada. I porque no dejo de recibir estímulos; de lo que estoi viviendo ahora mismo, de la preparación del próximo destino. Miro hacia atrás i se me confunden los recuerdos, los lugares, las experiencias. A ratos pienso si lo que estoi haciendo tiene algún sentido. O si es necesario que lo tenga. Si he aprendido algo, si he dejado algo bueno en mi camino. I a ratos pienso también en mi futuro, en qué haré, si seré capaz de volver a trabajar, si seré siquiera capaz de volver a ponerme zapatos, después de todo este tiempo “asalvajada”. Un momento pienso que quiero salvar el mundo, o entregar mi vida a una causa justa i al otro sólo quiero darme la buena vida i olvidarme de todo. 

   También pienso en si echaré de menos Asia. Seguro que sí.  Recuerdo que al principio había cosas que me horrorizaban i que ahora no me parecen tan horribles. Cuando veía gente que dormía en su puesto de trabajo, pensaba “Qué horror”. I ahora pienso¿ no es igual de horrible pasar dos horas i media de tu vida entre trenes i tráfico para ir a trabajar cada día i otras tantas para volver? O cuando veía a las mujeres en los mercados con sus bebés durmiendo entre la mercancía. Pero, ¿dejar a tu hijo en la guardería a las siete de la mañana i recogerlo un montón de horas después, o más tarde aún si surge una reunión , no es igual de horrible? 

   Desde luego, estoi segura que algunas cosas no las echaré de menos, a saber: el tráfico, la polución, las uñas tipo fumanchú, la costumbre de echar gargajos.. Ahora que me había aprendido la retahila cuando pido algo en un restaurante: no sugar, no rice, no bread, no potato, no sauce. 

   Con el cambio de continente, siento que se abre una nueva etapa. Supongo que tendrá cosas mejores i cosas peores. De cualquier forma es un reto i un estímulo, i tengo curiosidad por ver cómo se van a desarrollar los acontecimientos, si seré capaz de desenvolverme i salir airosa. En mi última pesadilla recurrente, me veo llevando una bandeja, de camarera, i volcándola sobre un señor gordo con traje que me denuncia i me echan esposada del país. I es que cuando me pregunto de qué podría trabajar, me encuentro tan pocas habilidades: aprenderme letras de canciones, ponerme el pie en la nuca, buscarle forma a las nubes..Soi experta en habilidades inútiles. Aunque algo bueno sí que tengo: se aprender. 
   De todas formas, si puedo, voi a intentar mantenerme en mi propósito de no trabajar durante este año.Io sólo pretendía asomar un poco la nariz i ver mundo. I buscar un sitio donde me apetezca establecerme durante un tiempo. Nada más. Una vuelta de reconocimiento, como en la fórmula 1.
  
   Ahora estoi en Semijak, en Bali, preparando el salto a Australia. Reorganizando mis cosas i adaptando mi equipaje. Ordenar la maleta me recuerda a cuando en casa ordenaba los armarios, aparecen cosas que creía perdidas, no encuentro otras que creía haber guardado, i tengo que deshacerme de algunas que me han acompañado durante todo este tiempo i que ahora ia no tiene sentido conservar. Es curioso todo lo que puede caber sólo en una maleta.

viernes, 7 de junio de 2013

APUNTES SOBRE EL PARAÍSO. GILI TRAWANGAN



    Parece ser que mi modesta aspiración de buscar una plaia bonita i tranquila en Bali, no es tan fácil como parecía. El paraíso no existe, eso ia lo sabía io. I buscar la perfección es el camino más directo hacia la infelicidad. Eso también lo sabía. Lo que no sabía era que me iba a costar tanto encontrar mi sitio aquí. A priori parecía bastante fácil, pero no. I lo que para unos puede ser un paraíso, para otros es posible que se parezca bastante al infierno.Claro que también depende de las circunstancias.

   En Seminjak quedo una mañana con Rijel para desaiunar i conocernos personalmente. Él es un chico de Marbella que se vino a Asia unas semanas antes que io i al final hemos venido a coincidir en Bali. Está en circunstancias parecidas a las mías, buscando su lugar en el mundo, podríamos decir. Cada vez me encuentro más gente que aspira a lo mismo,  i parece que no es tan fácil de conseguir. Cada uno llevamos en la mochila nuestros "infiernos plegables" por mui lejos que nos vaiamos, i el hecho de estar rodeados de islas paradisiacas no parece ser un antídoto para que de cuando en cuando salgan a fastidiarnos. El truco está en conseguir que el fastidio dure poco. 

    Elegir un sitio donde vivir en el mundo es como cuando entras al cine o a un restaurante. Si está todo ocupado te sientes afortunada de encontar una butaca esquinada o una mesa incómoda. Pero si llegas i está todo vacío, tardas un montón en decidir dónde sentarte. Eliges, te cambias, te vuelves a cambiar, miras hacia otro sitio i te parece mejor..Como hai tanto dónde elegir.. 

   Después de dudar entre varios destinos (dudas, dudas...) me voi a Amed. Es un pueblecito mui pequeño al este de la isla i promete plaia i  tranquilidad. Las plaias son volcánicas, o sea, de arena negra, pero aún así dicen que son bonitas i agradables.

   Antesde irme, hago una visita al templo de Tanah Lot. Aunque Galo me había advertido que es mui turístico i que se puedem ver mejores puestas de sol desde otros sitios, una tarde me decidí a verlo. Es verdad que hai ordas de turistas i además me caió una tormenta tremenda, pero el sitio es bonito i, como casi siempre, te puedes salir de los caminos más trillados i encontar un rincón donde disfrutar las vistas casi en solitario.
  El templo está construido sobre una roca que queda rodeada completamente por el mar cuando sube la marea,  eso es lo que lo hace especial, i particularmente fotogénico.

Templo Tanah Lot

   Tengo la suerte de hacer es traiecto desde Padang Bai, donde hago cambio de autobús, hasta Amed, en solitario i el conductor se enrolla i me va parando en los sitios más bonitos para que pueda verlos tranquilamente i  tomar algunas fotos.



Arroales cerca de Amed



   No me han engañado. Amed es tranquilo. Tranquilo de cojones. No hai nada que se pueda llamar el "centro" del pueblo. Todas las casitas i hoteles están diseminados  i no hai iluminación entre ellos. Ahora entiendo lo que me decía Galo de que es un sitio para venir acompañada. I es verdad que te puedes bañar en la plaia. Sobre todo si dejara de llover. Todos mis bikinis están mojados (bueno, sólo tengo dos), todos mis pareos están mojados. La arena es negra, el mar está negro, i  el cielo...gris marengo. Tirando a negro. I io encima con un trancazo. No importa. Al mal tiempo, buena cara. Aprovecharé para escribir i poner al día el blog. Pero no funciona internet.La conexiónva i viene continuamente i hace que publicar una simple entrada nueva se convierta en una tortura interminable.

Volcán Agung
    La cima de los volcanes en Bali suele estar siempre pudorosamente protegida por las nubes, como si quisieran ocultar a los ojos de los turistas sangrientas ceremonias i  ofrendas no aptas para sus ojos i sus civilizadas costumbres.
Niños jugando en la plia de Amed

Pescadores

   Pero lo peor de todo es que a las cinco de la mañana me despierta el tráfico. No lo puedo creer, pero la carretera pasa mui cerca de mi bungalow i el ruido es insoportable. Nunca hubiera imaginado que semejante carreterilla tuviera tal trasiego de motos, coches, camiones. Contra mi costumbre, me levanto de un humor de perros. Ha dejado de llover i  el cielo ha clareado un poco, así que me dispongo a dar un paseo por la plaia. No he dormido a penas i de repente me doi cuenta de que no quiero estar aquí. No quiero volver a irme, pero tampoco quiero estar en un sitio donde no quiero estar. Así que otra vez a hacer la maleta.

   Consigo un vehículo que me lleve a Padang Bai para coger el barco hacia Gili Trawangan. Negocio un buen precio para el barco i veo a mi conductor sonreir mientras lo hago. Al menos tres meses viajando por Asia me han espabilado en algo. Pero, de todas formas, estoi un poco cansada de tener que regatear continuamente por  todo. Compro un billete de ida i vuelta, con la fecha abierta. Cuánto tiempo hacía que sólo compraba billetes de ida¡

 No sé lo que me voi a encontrar, pero estoi dispuesta a seguir buscando mi plaia.

En Padang Bai, cogiendo el barco hacia Gili T
Desde el barco hacia Gili T


     Cuando estamos casi llegando a la islita,empieza a llover torrencialmente. Como me he subido a la cubierta junto a unos cuantos pasajeros más, llego completamente empapada i  muerta de frío. Justo lo que necesitaba mi resfriado. En el barco no había en realidad un sitio específico para ir arriba, el acceso era un poco complicado, así que los pocos atrevidos que optamos por subir, tenemos que aguantarnos hasta que llegamos.
   En la isla hai un montón de carros tirados por caballos, esperando a los turistas para llevarlos a sus hoteles. Todo está lleno de barro i de charcos. Menos mal que me puedo colgar mi maleta como mochila ¡qué buena compra hice¡ Llevo unas cuantas direcciones para hospedarme, pero ninguna me gusta. Al tercer o cuarto sitio estoi bastante desesperada. No tengo fiebre pero no he dormido apenas i no me encuentro bien. El chavalillo del carro que me lleva de hotel en hotel no dice nada, mui prudente el pobre, pero también está empezando a impacientarse. Hemos pactado el precio de antemano i supongo que estará pensado "vaia tía más caradura", así que le doi una propina i me quedo en el último sitio. Me doi una ducha (fría i con agua salada) i  caigo en la cama como un saco de patatas.


   Al día siguiente amanece despejado i io me levanto como una rosa. Me alquilo una bici , una máscara para bucear i me voi a recorrer la isla. Me gusta, hai plaias bonitas i tranquilas si te sales un poco de la zona central donde llegan los barcos. Me paso el día tirada en la plaia i buceando. Por fin¡



   Por la noche me dicen que vaia al mercado nocurno a cenar. Es  donde hai la maior concentración de gente. Me doi una vuelta para ver lo que se cuence, pero no me convence. Los precios no me parecen nada del otro mundo, la oferta tampoco, i encima está enfrente del "parking" de los carros,i  no me apetece cenar oliendo a bosta de caballo.
    Me decido por un sitio que tiene una barbacoa i unos pescados que se me hace la boca agua sólo verlos. Estaba tan a gusto en la plaia que se me ha olvidado hasta comer, i ahora estoi muerta de hambre. Al final acabo cenando con un grupito de españoles mui majetes. Son de Morón i Bolonia. Lucía i David son una parejita joven encantadores i Bola i Víctor, dos locos del surf que se las pasan viajando de un lado a otro siempre que pueden para practicar su pasión. La maioría trabajan en algo relacionado con la base norteamericana. I io que pensaba que las bases estaban medio desmanteladas¡. Pues no. De hecho me cuentan que últimamente están más activas de lo habitual (por qué será??).

   Al día siguiente, Bola i Víctor se van a Kuta de Lombok, que me aseguran que no tiene nada que ver con la Kuta de Bali , i Lucía i David, a una excursión por las tres islas Gili, a hacer snorkel. Quizá me apunte a esto último.Por cierto, cenamos divinamente i  más barato que en el tan cacareado mercado nocturno.

   Luego vamos a tomar una copa. Hai buen ambiente en general, aunque en algunos sitios no paran de ofrecerte todo tipo de drogas,  sobre todo, champiñones mágicos.



   Todo el grupito de españoles son mu simpáticos,pero el Bola es el típico personaje que no pasa desapercibido por mucho tiempo en ningún sitio: habla con todo el mundo, se pelea con unos, a los cinco segundos, amigos hasta la muerte. Lo dicho, un personaje, pero se ve buena gente pa reventar, igual que los demás. Mira que me gusta a mí encontrarme con buena gente¡ Qué rabia que no puedo subir las fotos al ordenador desde el móvil. Seguiré intentámdolo.

   Cuando llego al mi hotel, me encuentro al portero de noche con ganas de charla i nos sentamos un rato frente a mi habitación. La gente joven por aquí en cuanto pueden, aprovechan para practicar inglés. Ia sé que lo he repetido muchas veces, pero no deja de admirarme lo extremadamente amables i sonrientes que son, aunque siempre hai alguna desgraciada excepción, claro. A veces pueden parecer un poco indolentes a nuestros ojos, pero a ver como seríamos nosotros si tuviéramos que trabajar con este clima. Me acuerdo mucho de mi amiga Miriam, que es vasca i de lo que decía el primer agosto que tuvo que trabajar en Marbella: "nunca volveré a consentir que digan que los andaluces son vagos!.

   Casi la totalidad del personal de los hoteles i  restaurantes proceden de Lombok, mientras que los carros, la tiendas  i la maioría de los barcos pertenecen a los habitantes originales de la isla. El chico, que se llama  Hamid, me pregunta sin pudor sobre mí, sobre mi vida. En Asia, en general, no es de mala educación preguntar la edad o cualquier cosa por la que sientan curiosidad. Le cuento que tengo intención de ver mañana el amanecer, pero que no sé si seré capaz de levantarme tan temprano i se compromete a llamarme a las cinco i media. Uf, ia podía amanecer un poquillo más tarde.

   El chico cumple su palabra  i a las cinco  i media aporrea mi puerta sin piedad. Tengo la impresión de que acabo de cerrar los ojos, pero me echo lo primero q pillo por encima  me voi al embarcadero, que está enfrente del hotel. Ia hai alguna gente congregada para asistir al espectáculo, Siempre me alegro cuando no me dejo vencer por la pereza i  me levanto a tiempo. Esta vez realmente mereció la pena. Luego me echo un poco hasta la hora de la excursión por las tres islas.




   Hace un día precioso i lo pasamos en grande. El coral está bastante deteriorado, pero aún hai sitios dónde es bonito i vemos montones de peces i una zona donde hai muchas tortugas. Están mimetizadas en el fondo, i si no fuera por el guía que baja a molestarlas i salen huiendo, creo que no las habría visto. Anda que no estarán hartas de turistas las pobres.
   Una de las veces me separo un poco sin querer del grupo i veo una manta enorme. Cuando me vengo a dar cuenta estoi bastante lejos del barco i encima todo el mundo está esperándome. Qué corte.

   Las Gili son tres islas, Gili Trawangan, la más grande, donde me alojo, Gili Meno i Gili Air, la más pequeñita. Comemos en esta última i  regresamos a"nuestra islita", agotados pero felices.




Lucía  i David

   Por la tarde me alquilo una bici  i me voi a ver la puesta de sol. Un día mui completito.




   Me gusta la isla. No hai tráfico, sólo coches de caballos que al pasar dejan un ruido de cascabeles que me recuerda un poco a  una panda de verdiales . I no hai perros. Curioso. Por más que pregunto nadie me da una explicación medianamente razonable, pero ha gatos i gatitos por todas partes. Campan a sus anchas por toda las isla, en la plaia, en los restaurantes, en las tiendas, i la gente parece cuidarlos i respetarlos. Pregunto si hai alguna razón, religiosa o de algún otro tipo, pero nadie me explica. Las plaias son maravillosas, la temperatura, tanto del agua del mar como la ambiental,  casi perfecta. Hai hasta un cine de verano. Es cierto que el paraíso no existe, pero a veces se encuentran lugares que se parecen tanto..


Lucía  ï David buscando un atajo

Sí, Sí. Aquí también conducen mientras hablan por el móvl



   El problema es que no me gusta el hotel donde estoi. Los hoteles baratos, que están hacia el interior de la isla, tienen agua fría i  salada i claro, el pelo se te queda...cómo decirlo sin ofenderme? Digamos que podría fregar las sartenes con la cabeza. Ahora comprendo por qué anuncian tanto lo de fresch water i hair mask. I  io pensando que lo de fresh water era que te daban una botellita de agua mineral. Para más desgracia, me tengo que estar conectando a internet cada dos horas, con unos papelitos (ainss, más papelitos) que me van dando que sólo valen para ese tiempo. I io encima, sólo puedo meter claves que no tengan i griega.

    No tengo remedio. Si estoi en un sitio caro (para los precios de Asia, claro), me da cargo de conciencia de estar gastando más de la cuenta. I si estoi en un sitio barato, me deprimo. Así que como me gusta la isla, me voi a regalar cinco diítas, cinco, en un hotelito bien. Hai algunos sitios que quitan el hipo i por precios irrisorios comparados con los de Europa. Io he elegido uno intermedio, pero está bastante correcto.

   Así que aquí está la "intrépida aventurera" soñando con pasar unos días en un hotel de lujo.

   Aunque es verdad que no hai tráfico, a las cinco de la mañana, el muecín de la mezquita parece que tiene el megáfono enchufado en mi oreja. I con qué ganas berrea el tío, tan temprano. El viernes creo que se leió en Corán enterito, incluiendo las notas a pie de página i todo.Aunque no estoi a más de quinientos metros de la calle de la plaia, parece que estuviera en otro mundo. La diferencia es brutal. Si salvamos los coches de caballos, el suelo sin asfaltar i algunos detalles más, la calle que rodea la plaia podría ser la de cualquier pueblo turístico con mar. Pero te internas sólo unos pasos hacia dentro i todo es más natural, casi se podría decir salvaje, con la vegetación tropical que lo invade todo, i  las casitas de los habitantes originarios de la isla


   En el sitio donde me alojo hai unos cinco o seis chavales trabajando, cuia maior ocupación parece ser observar lo que hago. Al principio no le presto mucha atención, pero al tiempo llega a agobiarme. Cuando les pido algo, empiezan a pelearse entre ellos a ver quien me atiende, i io mientras, esperando mi papelito con la clave para internet. Estoi soñanado con largarme a mi nuevo hotel.









   Así que mis días transcurren entre amaneceres, puestas de sol, plaias de arena blanca, tortugas (hoi he buceado durante un buen rato con una grande i  preciosa a pocos metros de la orilla ), paseos en bici...I pensando en Australia.

    Con Australia me siento como si tuviera una cita con un chico mui guapo i mui interesante,  i no tuviera nada que ponerme. Como si sospechara que me va a gustar mucho, incluso que podríamos llegar a algo, pero no me viera capaz de estar a la altura.