martes, 5 de marzo de 2013

BANGKOK.




   El hotel está en una calle muy animada que se llama Rambuttri. Tan animada que son casi las dos de la madrugada y el ruido que sube de la calle es ensordecedor. Ahora comprendo porqué todo el mundo recomienda traer tapones para los oidos.

    Hemos tenido problemas para que nos sirvan alcohol en la cena, parece ser que hay una nueva ordenanza o algo así que prohibe servir alcohol a partir de las 6 de la tarde, pero tampoco se aclaran mucho. Después de cenar, Dani y Pilar se han ido a dormir y yo a dar tomar una copa. Aunque estoy tambén muy cansada me apetece dar una vuelta, aunque sea por los alrededores. No puedo entenderlo, pero también tengo problemas para que me sirvan alcohol(a lo mejor se creen que soy menor..)Es lo último que me esperaba de Bangkok. Al final consigo que me sirvan un ron medio de tapadillo.
   La zona es superturística y hay guiris por todas partes. “Forang”, como nos llaman aquí.

  Cuando bajo a desayunar al día siguiente está cayendo un tremendo chaparrón. No viene mal para aligerar un poco esta sustancia turbia y venenosa que aquí llaman aire. No dura mucho. El café está delicioso, menos mal, después del fracaso de mi intento de meter la cafetera de cápsulas en mi flamante mochila. Pensaba que aquí sólo tomaría té y que la iba a echar de menos.

   Me voy a dar una vuelta por la famosa calle de Khao San, la calle de  los mochileros, que está en la misma zona que la nuestra. Es una zona superturística pero no deja de tener su encanto, aunque sólo sea por contemplar la fauna que la recorre. La animación y el bullicio no para ni un segundo del día (ni de la noche). Evidentemente, me he equivocado al escoger la zona del hotel, mea culpa, pero la verdad es que a mí no me importa mucho.
  La verdad es que no me importa mucho casi nada, todo me viene bien. Todo me parece bien. Creo que he debido ser abducida sin darme cuenta mientras dormía. Estoy demasiado contemplativa, demasiado pasiva para ser yo, como si estuviera viendo la película desde fuera. Tanto que ha empezado de nuevo a llover y ni siquiera he intentado resguardarme. La verdad es que tampoco había donde. Casi me atrevería a decir que he disfrutado de ir bajo la lluvia…
   Llego al hotel empapada y me encuentro con Dani y Pilar. Como buenos turistas en esta ciudad, decidimos ir a visitar algún templo. 




   Me apunto en mi lista de deportes de riesgo practicados el de cruzar una calle en Bkk. Pero enseguida le cogemos el truco. La solución es ir formando una masa de gente, más o menos compacta y abundante, lo cual aquí no es nada complicado, y cuando la tenemos, cruzar todos en manada, cual gacelas thompson enfrentándonos a una manada de hambrientos leones, que en este caso serían los automóviles. Hasta ahora ha resultado. Hasta ahora.

   A la hora de comer, sorpresa. No pueden servir alcohol porque es día de elecciones. Por supuesto, yo no me lo creo y mientras nos sirven la comida me dedico a recorrer cualquier sitio susceptible de vender una cerveza en un radio de medio kilómetro, aproximadamente. En todas partes la misma respuesta, no, y la misma razón: “election day”. Parece ser que es una práctica habitual en ciertos paises, pero yo, la verdad, no tenía ni idea. En fin, a comer los noodles con agua. Menos mal que están deliciosos.


   Por la tarde decidimos hacer un recorrido en barco por el Chao Phraya, el río que divide la ciudad en dos. Corre una brisa deliciosa y aunque el calor y la humedad siguen siendo considerables, el paseo es una experiencia inolvidable. Saliendo de lo que es el río en sí, hay un montón de canales, que se llaman klongs, o algo parecido, dónde vive un montón de gente en casas sobre el agua. Es muy curioso de ver el contraste con la vida bulliciosa de la ciudad. A mí me encantó, y me recordó en muchas ocasiones al delta de Tigre, en B.Aires.

 Y, además, pudimos al fin hacernos con una cerveza fresquita, a pesar de las elecciones, aunque de una forma bastante peregrina, la verdad. Una señora salió con una barquita de una de las casas y nos vendió un par de changs heladas. Uhmm¡
      

  

6 comentarios:

  1. Hermosa tu descripción de Bangkok.
    La clásica ley seca que aplica el gobierno a países con una alta incidencia de aficionados a los etiles, entre ellos México.

    Me alegra que puedas "ver la película desde fuera". Desde mi entorno puedo ver como las personas se transforman en robots; viven el mismo día una y otra vez sin cuestionarse el porque, cambian su tiempo y libertad por un poco de plata. Solo se vive una vez. Yo también tengo pensado tomar mis cosas e irme pronto...

    ¡Sigue posteando!

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    1. Gracias, Kouji. No tenía ni idea de que existiera esa norma. hay tantas cosas de las que no tengo ni idea..Me alegro que hayas tomado conciencia de lo absurda que pueden ser a veces nuestras vidas. Ya el hecho de pararte a pensarlo en un paso enorme.

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  2. Hola Fátima,

    somos Belén y Pedro que nos dejaste un mensaje en nuestro blog. Muchísimas felicidades por haber tomado la "gran decisión" y haberte lanzado!!! No sabes la envidia sana que nos das!!!!

    Seguro que te irá de maravilla, tu blog acabará siendo precioso y no te arrepentirás nunca! Si en algún momento tienes alguna duda o te podemos ayudar en algo no dudes en contactarnos con nosotros!!!

    Bss

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  3. Hola pareja¡¡
    Gracias por vuestra respuesta y vuestro apoyo. Tengo mucho que aprender de vosotros,y no sólo en cuanto al blog¡
    Un beso

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  4. Eres una valiente. Que te lo pases muy, pero que muy bien y no tengas problemas. Un beso muy fuerte desde Málaga.

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    1. Muchas gracias, Paco. Valientes vosotros, los que os quedais, con la que está cayendo. Me alegra saber que sigues el blog. Un beso

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