En capilla. Cuenta atrás. Todo
solucionado. Casa vendida. Todo liquidado. Y yo, insoportable. Debería estar
flotando entre nubes de colores, disfrutado del momento, y sin embargo, no me
aguanto ni yo. Estoy inaguantable. Todo me estorba, todo me molesta. Y es que
yo ya lo que quiero es irme.
Y además, no estoy normal. Ya, ya se lo que estais
pensando muchos (muchas) al leer esto, que mi umbral de normalidad nunca ha
estado donde la media, pero es que me ha dado por la vida contemplativa. No es
que me moleste, pero, la verdad me sorprende. Me quedo medio catatónica
mientras, por ejemplo, me tomo el café del desayuno. Soy capaz de estar horas
desayunando, mirando al vacío y disfrutando mi café. Y no sólo en casa. Me ha
dado por sentarme en las terracitas, sobre todo si hay una recachita* al sol, o un rincón
acogedor si hace frío, y ver pasar la gente, la vida. Como los moros en los
cafetines de Marruecos que se pasan horas sentados así.
Lo peor es que no me molesta en
absoluto, al contrario, me encanta. A lo mejor esto es la felicidad.
He estado en Valencia para
darles un achuchón a mis sobrinos antes de irme. Y a su madre, claro. Un
reencuentro muy deseado. Me apetecía un
montón. Creo que tendría que comprarme tres o cuatro cuerpos más para que me
cupiera todo lo orgullosa que estoy de ellos.
Es una sensación curiosa cuando
conoces a alguien desde que nace, ver como se convierten en tíos cabales, en
personas maravillosas a las que querría tener en mi vida aunque no fuesen nada
mío. El pequeño (que ya tiene 23..), cuando nos despedimos me dijo muy serio:
- Tía, si te dan ganas de volver, recuerda por lo que te has ido”. No sé a quién
salen tan juiciosos. A su tía no, desde luego.

Y luego, más despedidas.
Supongo que ahora yo debería decir que no me gustan las despedidas, que son muy
tristes y tal. Pero mentiría. Evidentemente las circunstacias acompañan. No es
lo mismo despedir a alguien que se va a un destino no deseado que despedirme a
mí, que voy a cumplir un sueño.
La despedida malagueña en La Tranca, por
supuesto. Inmejorable, como siempre, en todos los aspectos. Y luego, música en
directo en el Zzpub.
La música ha sido y es una parte importantísima en mi vida, me a acompañado en los momentos más amargos y en los más dulces, y siempre ha estado ahí, como una compañera leal que nunca, nunca me ha fallado. Además, tengo la inmensa suerte de poseer unos gustos bastantes eclécticos y una curiosidad sin límite que me ha proporcionado satisfacciones
inesperadas en los sitios más insospechados. Y no solo en la música, la
verdad.
La curiosidad diría que es uno de mis más preciados bienes, casi la
podría considerar una virtud. El caso es que desde mi más tierna juventud,
llevo peregrinando de un sitio a otro para disfrutar de éste o aquél concierto,
y aunque en ocasiones es decepcionante, la mayoría de las veces suele ser una
experiencia bastante satisfactoria, y de vez en cuando se produce uno de esos
milagros y tienen lugar momentos absolutamente mágicos, irrepetibles y
emocionantes que yo atesoro en mi “cajita de recuerdos felices” y de los que me alimento para ir sobreviviendo a la vida.
Y la despedida marbellí,
fantástica también. El Arkadia perfecto, como siempre, un refugio de buena
comida y buen rollito. Y luego copita en el Puerto, rodeada de gente a la que
quiero. Qué más se puede pedir. Bueno, siempre hay alguna ausencia dolorosa, pero
así es la vida.
*Para los que no sois malagueños. Dícese de un rinconcito pequeño, al sol y resguardado del viento
*Para los que no sois malagueños. Dícese de un rinconcito pequeño, al sol y resguardado del viento
Encontré tu blog porque soy lector habitual de Aniko. Leí tu comentario y me pareció sorprendente tu valor. Me he leído todos tus posts hasta el momento. Tu valor ha hecho que te ganes un seguidor = ) ¡Animo con todo, estaré atento de tus posts!
ResponderEliminarSaludos desde México
No sabes la ilusión que me hace tener un lector en México¡ Es maravilloso que aún estando tan lejos, haya tantas cosas que nos unen.Besos
Eliminarpodría copiar, de cabo a rabo el comentario anterior...pero tengo una sutil diferencia, jajaj, yo también tengo 50 !!! y he dejado mi vida, he liquidado todo y me compré una Kombi Vw, la que, de a poco estoy poniendo a punto para ESE viaje. Bueno, no quiero aburrirte, ya te contaré más de mi y de mi viaje que, espero, tenga alguna similitud con el tuyo...por ahora, te deseo que la vida te de esa oportunidad. Saludos, Marcelo.
ResponderEliminarBravo Marcelo¡. Seguro que tú también has tomado esa decisión después de desear hacerlo durante mucho tiempo. Yo tuve durante unos años años una autocaravana y te aseguro que es una de mis formas preferidas de viajar, Me encantará que me cuentes todo y que me tengas al día de tus avances. Besos¡
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